Encuadre
31 de marzo de 2025
U) México en la frontera de la investigación astronómica. La exploración de los objetos más energéticos del Universo
La astrofísica de rayos gamma es una rama del estudio del Universo que se enfoca en la observación de esta forma de radiación electromagnética de mayor energía, emitida por diversas fuentes cósmicas. Estos rayos poseen energías superiores a cien kiloelectronvoltios, que superan ampliamente a la energía de la luz visible o a los rayos X y proporcionan información valiosa sobre algunos de los procesos más energéticos y extremos del Universo. La física de los rayos gamma involucra su interacción con la materia: los fotones gamma son absorbidos por electrones en los átomos, lo que provoca la liberación de energía y, a altas energías, la creación de partículas. Estas interacciones están regidas por los principios de la mecánica cuántica y la Relatividad Especial, lo que contribuye a nuestra comprensión de la física fundamental.
Las emisiones de rayos gamma provienen de una variedad de entornos cósmicos extremos, tales como los núcleos galácticos activos (AGN), los restos de supernovas, las estrellas de neutrones, los agujeros negros y los destellos de rayos gamma (GRBs). En estos lugares, partículas altamente energéticas, aceleradas a velocidades relativistas, interactúan con el medio circundante produciendo rayos gamma. Estudiar estas emisiones es crucial para comprender fenómenos como la formación de agujeros negros, la aceleración de partículas en campos magnéticos y los procesos que ocurren en los remanentes de supernovas. La astronomía de rayos gamma también permite sondear las poblaciones de partículas de alta energía en el cosmos, lo que contribuye a nuestra comprensión de los orígenes de los rayos cósmicos.
Detectar rayos gamma es un desafío significativo. Si bien, como otras partículas de alta energía, pueden atravesar la atmósfera y la materia sólida sin interactuar directamente, no son detectables por los telescopios convencionales. Sin embargo, cuando los rayos gamma interactúan con las moléculas del aire (principalmente oxígeno y nitrógeno), producen partículas secundarias (como electrones) que viajan más rápido que la velocidad de la luz en el medio. Esta interacción da lugar a la radiación de Cherenkov, una débil luz azul que puede ser detectada por los telescopios. La radiación de Cherenkov también ocurre cuando partículas secundarias generadas por la interacción de rayos gamma en el agua se mueven a velocidades superiores a la de la luz en ese mismo medio [ver recuadro]. Este proceso es utilizado en experimentos y detectores como el observatorio HAWC [siglas en inglés de High Altitude Water Cherenkov; ver p. XX en este número, art. Magda Glez.], que utiliza agua para detectar estas interacciones.
La velocidad de la luz
La luz no se mueve a la misma velocidad todo el tiempo ni en cualquier parte: el medio por el que viaja afecta su velocidad. La velocidad de la luz en el vacío, casi trescientos mil kilómetros por segundo, es la máxima a la que puede moverse cualquier cosa, como señaló Einstein más de un siglo atrás. Pero en un medio material, como pueden ser el aire y el agua en la Tierra, la velocidad de la luz es un poco menor y depende del medio. Las partículas que se mueven en el medio no pueden superar la velocidad de la luz en el vacío, pero sí pueden superar su velocidad en aire o agua. Esta sutileza es la clave del mecanismo de detección de los rayos gamma.
La detección de la radiación de Cherenkov depende de instrumentos terrestres como los telescopios de Cherenkov de aire, que miden la luz emitida cuando las partículas de alta energía provenientes de las interacciones de rayos gamma impactan la atmósfera. Al analizar la forma, intensidad y el tiempo de los pulsos de luz de Cherenkov, la astronomía puede inferir la dirección, la energía y la naturaleza de las fuentes de rayos gamma. Estos métodos se han utilizado eficazmente en observatorios como HESS, MAGIC y VERITAS para detectar rayos gamma de diversos objetos cósmicos, como pulsares, restos de supernovas y AGN distantes. Los telescopios orbitales como Fermi también juegan un papel importante en la detección de rayos gamma, especialmente a energías más bajas, al observar el cielo desde el espacio.
Algunos estudios recientes han comenzado a arrojar nuevas perspectivas sobre las fuentes de rayos gamma. Por ejemplo, se ha sugerido que los remanentes de supernova podrían estar desempeñando un papel importante en la producción de rayos gamma de alta energía y en la aceleración de partículas cósmicas. Este hallazgo ha generado un gran interés en los mecanismos de aceleración en las explosiones de supernovas y su capacidad para generar partículas a velocidades cercanas a la de la luz.
Otro caso interesante es el estudio de las galaxias activas de tipo Blazar. Estos sistemas presentan chorros relativistas que emiten radiación en varias longitudes de onda, incluidos los rayos gamma. Los Blazares representan una excelente oportunidad para estudiar la física de la materia en los alrededores de agujeros negros supermasivos y su emisión de rayos gamma se utiliza para explorar fenómenos como la aceleración de partículas y la propagación de la radiación a través de la atmósfera de la galaxia.
Por su parte, los GRBs continúan siendo un área de intensa investigación. Se trata de destellos de rayos gamma extremadamente brillantes y de corta duración; se asocian con la muerte de estrellas masivas y con la formación de agujeros negros, y su estudio proporciona información crucial sobre la física de alta energía en condiciones extremas, como la Relatividad General y los procesos de fusión estelar.
México ha realizado contribuciones significativas a estos estudios, particularmente desde su participación en HAWC. Ubicado en las montañas de Sierra Negra en México, HAWC detecta rayos cósmicos y rayos gamma de alta energía y proporciona datos clave sobre los objetos más energéticos del Universo. Además, el reciente descubrimiento de rayos gamma de alta energía provenientes del LHAASO (Observatorio de Grandes Altitudes de Chorro de Aire) ha generado entusiasmo en la comunidad astronómica, proporcionando nuevos conocimientos sobre los orígenes de los rayos cósmicos y otros fenómenos de alta energía. La participación de México en estos proyectos de vanguardia subraya su importante papel en el avance de nuestra comprensión del Universo y de las poderosas fuentes de radiación gamma.
A medida que miramos hacia el futuro, el continuo desarrollo de telescopios avanzados y colaboraciones nos permitirá explorar aún más profundamente los fenómenos más energéticos del Universo. El estudio de los rayos gamma, con la ayuda de instalaciones como HAWC y LHAASO, promete revolucionar nuestra comprensión de la astrofísica de alta energía y el funcionamiento fundamental del Universo. La creciente presencia de México en estas iniciativas resalta su contribución a esta emocionante frontera de la exploración científica.
Gagik Tovmassian es un astrónomo armenio, investigador titular en el Instituto de Astronomía de la UNAM. Estudió física en la Universidad Estatal de Yerevan, Armenia, y obtuvo el doctorado en astrofísica en el Observatorio Astrofísico Byurakan de Armenia. Sus intereses están centrados en la investigación de punta sobre los fenómenos más energéticos del universo. Ha escrito más de doscientos artículos; más de cien de ellos en revistas indexadas.