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30 de junio de 2022

El modelo CEPE 365. “Todo el mundo, todo el año, todo el día”

Por: Alberto Vital
COMUNICAR
El mundo contemporáneo exige más comunicación que nunca. Comunicar significa poner en común un tema, un objeto, un ser vivo, mediante un instrumento a la vez extraordinario e imperfecto: el lenguaje. En mi libro El lenguaje y la literatura en tiempos de pandemia (UNAM, 2021) recuerdo la paradoja de las lenguas que ya había visto Octavio Paz: el lenguaje es una aptitud humana que solamente puede concretarse en lenguas particulares, específicas, a veces muy distintas entre sí. Las lenguas nos permiten comunicarnos, pero lo hacen en entornos dinámicos, sí, y aun así limitados por fronteras, naturales o políticas, por el número concreto de hablantes o por su mayor o menor movilidad.

La lengua española es una de las más extendidas en el mundo básicamente gracias a la audaz y muchas veces temeraria actividad exploradora y conquistadora de un puño de personas que, desde fines del siglo xv —1492, como bien se sabe— se dieron a la tarea de ir por los mares atlánticos buscando nuevas rutas para el comercio y, muy unida a este último, para la cultura, esto es, para el espíritu, el pensamiento, el arte, la vida diaria.

Hoy el idioma de Miguel de Cervantes y de Juan Rulfo se habla en más de veinte países como lengua oficial o como asistente oportuno en incontables diálogos. América Latina, El Caribe, zonas de África (Marruecos, por ejemplo) y de Asia (las Filipinas) testimonian el diario ejercicio de un sistema lingüístico que entretanto ha alcanzado los máximos niveles posibles de calidad y es vehículo de manifestaciones literarias, científicas, técnicas, cotidianas, turísticas, entre otras.

Por todo ello, el español resulta atractivo para hablantes de otras lenguas: por la extensión de este gran vehículo de acercamiento y encuentro y por el peso específico de culturas que poseen un gran dinamismo y llegan a formar parte de una de las veinte economías mayores en el mundo, como ocurre con México.

La historia universal tiene mucho que ver con las lenguas. En términos generales, una lengua contribuye a crear una identidad patria, un sentido de pertenencia, una comunidad no únicamente lingüística, sino asimismo política. Esto es muy bueno en sí mismo, salvo si esa identidad, esa pertenencia y esa comunidad se encierran entre sus paredes y terminan sintiéndose muy superiores a las vecinas.

Más de una vez a lo largo de los milenios han combatido entre sí ejércitos cuyos soldados no tienen una lengua en común con los contrincantes. Parecería ser como si ejércitos mudos no tuvieran otra forma de “comunicarse” sino la violencia. La humanidad se percató de esto hace milenios y ha buscado acercar a los pueblos mediante tareas tan loables y nobles como la traducción —Paz la elogia como un puente que corrige el problema del aislamiento entre idiomas y culturas— y, desde luego, el aprendizaje y la enseñanza de lenguas y la formación de docentes que inculquen conocimientos muy precisos y actualizados mediante técnicas pedagógicas válidas y puestas al día. Y es así como traducir, aprender, enseñar un idioma y prepararse para formar a los docentes del futuro son tareas que contribuyen a la paz, pues permiten tender caminos y lazos entre las islas lingüísticas.

Los especialistas lo saben bien: el ruso y el ucranio son lenguas cercanas. Al mismo tiempo son diferentes, como lo son el español y el portugués. Inevitablemente una lengua contribuye a la identidad, la pertenencia, la comunidad y Ucrania es un país tan formado como lo son Hungría, Polonia, Alemania, Francia. Esto es así en cuanto a las diferencias entre el ruso y el ucranio. Simultáneamente, en cuanto a las similitudes, Rusia y Ucrania se encuentran en una posición inmejorable para intensificar sus lazos, como ya lo hacen esos matrimonios en que un cónyuge es de un país y el otro es de otro país. Estos matrimonios contribuyen a la paz tanto como lo hacen quienes traducen, enseñan o aprenden lenguas. La humanidad requiere de estos acercamientos que de por sí el intensísimo comercio contemporáneo vuelve naturales e incluso necesarios.

El comercio le es inherente a la especie humana. La riqueza material e incluso la riqueza cultural se vinculan con el mayor o menor índice de intercambio de bienes y servicios en el mundo: más intercambios, más riqueza por lo pronto material. De los ejércitos “mudos” de la violencia pasamos a los diálogos “multiparlantes” del comercio. Desde por lo menos las dos guerras mundiales, y en especial desde la segunda (1939-1945), quedó muy claro que las conquistas territoriales mediante invasiones son una rémora del pasado que solo causa indecibles sufrimientos y efectos contraproducentes para quien promueve la violencia en un sentido o en otro, con una justificación u otra. Las “conquistas” contemporáneas se realizan mediante los poderes “suaves” de la diplomacia, del comercio, de la cultura. En esta última incluimos las artes, las ciencias, las tecnologías para la vida, el entretenimiento, los deportes y por supuesto la enseñanza y el aprendizaje de lenguas, entre otras actividades netamente fértiles y benéficas.

Y es así como un país puede llegar a otro mediante factores atractivos que vuelvan familiar lo distante, que vuelvan casero (Heim en alemán) lo perturbador (unheimlich: la falta de casa, la falta de cobijo), que vuelvan fraternidad y sororidad lo ajeno. La lengua rusa es la lengua de tres o cuatro de los mejores narradores de todos los tiempos, es la lengua de admirables compositores y pintores, es la lengua de quienes lograron valiosísimas vacunas y de quienes han aportado asombrosos avances en matemáticas y astronomía, es la lengua del mejor ajedrez y de muchas grandes películas. No necesita de la violencia para volverse atractiva entre las nuevas generaciones, muchos de cuyos integrantes desean aprender ruso. La lengua española puede asimismo preciarse de monumentales logros en diversas disciplinas y tiene mucho camino por delante —como la rusa, la ucrania y de hecho todas las demás— en terrenos como las artes y las ciencias, el comercio y el turismo.

Por nuestra parte, queremos contribuir con una aportación quizá modesta, pero muy concreta, a la enseñanza del español a nivel planetario. Por eso creamos el Modelo CEPE 365 en el marco del Plan de Desarrollo Institucional 2019-2023 de la UNAM. Dicho plan indica como tareas sustantivas del CEPE el incremento del número de personas que aprendan español en nuestras aulas físicas o virtuales y certifiquen su dominio de la lengua mediante nuestros instrumentos de medición y diagnóstico.

TODO EL MUNDO, TODO EL AÑO, TODO EL DÍA
En enero de 2020 el Rector Enrique Graue Wiechers me honró designándome director del CEPE. Desde ese momento diseñé y compartí un programa de trabajo: el Modelo CEPE 365. En conversaciones con la doctora Rosa Esther Delgadillo, entonces nueva secretaria general, y el maestro Luis Miguel Samperio, secretario académico, este último sintetizó el modelo en un lema: “Todo el mundo, todo el año, todo el día”.

Expertos contemporáneos saben que una sabia combinación de sana y sólida estructura interior, y de permanente vínculo con el exterior le permite a una casa de estudios abordar numerosos temas y tareas, sin que se produzca una estructura administrativa de muy difícil manejo. En el CEPE buscamos aumentar los lazos con el mundo consolidados a lo largo de los decenios y de las sucesivas direcciones del Centro.

Cuando en marzo de 2020 se declaró formalmente la pandemia por el coronavirus, advertimos que eran más oportunos que nunca nuestros incipientes preparativos para un salto a la educación en línea. La lengua española y las culturas mexicanas han sido la vocación y la esencia del CEPE a lo largo de cien años (José Vasconcelos fundó en 1921 la Escuela de Verano, que en 1981 adoptó su nombre actual). Durante noventa y nueve años la enseñanza del español y de nuestras culturas se había cumplido y enriquecido directamente en el aula, en diálogo vivo y simultáneo, cara a cara, “presencial”, entre docente y estudiantes. De pronto se imponían otros tipos de interacción didáctica y debíamos prepararnos para aprenderlos y aplicarlos.

El CEPE se ha propuesto ponerse siempre al día en distintas áreas fundamentales: enseñanza de lenguas, formación de docentes, cultura, historia, arte, ciencias sociales, literatura. Todas estas actividades humanas son disciplinas con una larga experiencia teórica y práctica. De la noche a la mañana teníamos que transitar del aula física al aula virtual y enseñar desde allí el campo vasto, rico, fino de la lengua en el contexto de las manifestaciones culturales: el español en el CEPE Ciudad Universitaria y en el CEPE Polanco, y el español, el inglés y el francés en el CEPE Taxco de Alarcón, Guerrero. Como se había hecho durante noventa y nueve años, debíamos seguir impulsando el conocimiento y la pasión por la lengua de Cervantes y de Rulfo, mediante una inmersión en las más diversas manifestaciones culturales en México. Entre esas manifestaciones, la historia, el arte y la literatura condensan y transmiten un conjunto muy amplio de saberes y de visiones del mundo desde nuestro territorio y desde nuestras fronteras.

¿Qué es, en fin, el Modelo CEPE 365? Retoma y amplía las funciones sustantivas del centro, resignifica su misión y visión, recoge la experiencia acumulada, incorpora las diversas aportaciones del personal académico, se enmarca en el PDI2019-2023 de la universidad, adapta y adopta las modalidades de educación en línea y a distancia haciendo uso de las tecnologías de la información, incorpora un robusto programa de publicaciones y busca la colaboración amplia e intensiva de las sedes de la universidad en México y en el extranjero para promover su oferta académica.

En síntesis, CEPE 365 tiene como intención que se ofrezcan servicios educativos de español y cultura mexicana pertinentes y de calidad, todo el día, durante todo el año y en la mayor cantidad de países. Por eso el lema ya anotado: “Todo el mundo, todo el año, todo el día”.

¿Y cuál es nuestro objetivo estratégico? Queremos conseguir que el CEPE sea: referente nacional e internacional dentro de nuestras disciplinas de enseñanza, que tenga eco en Hispanoamérica y en muchas otras regiones del mundo. Que sea una instancia que, junto con otras entidades e instituciones, represente, enseñe y sitúe la variante mexicana del español y el panhispanismo en el mundo y ante organismos internacionales para lograr un intercambio cultural y sociocultural en el que nuestra lengua sea al mismo tiempo medio y fin. Es por eso que usar nuestro medio y nuestro fin nos coloca en el diálogo internacional.

Nos proponemos también hacer del CEPE un referente editorial de materiales educativos (impresos y digitales) en los que se dirija tanto la enseñanza, como las dos disciplinas que se desarrollan en el centro: la evaluación del aprendizaje y la formación de docentes de español como lengua extranjera y cultura mexicana. En ellos se identifica nuestra metodología de enseñanza y de trabajo.

Asimismo, parte de nuestros objetivos es hacer del CEPE una entidad universitaria que ofrezca servicios educativos durante todo el año en las modalidades presencial, en línea y virtual, y que actualice constantemente su oferta; una entidad que apoye la presencia internacional de la UNAM.

El modelo tiene una operación académica que se realiza durante los trescientos sesenta y cinco días del año. Se ofrece en distintas sedes nacionales e internacionales. Incluye una cadena educativa de español y cultura para extranjeros, y cultura para mexicanos en la que se forman y certifican estudiantes, se elaboran materiales educativos y se forman y certifican maestros.

El Modelo CEPE 365 se fue concretando en el diagnóstico realizado entre comunidades docentes y está abierto a todas las consideraciones que puedan hacerse en pleno camino. Con tal propósito compartimos talleres para la actualización en el manejo de tecnologías y para la elaboración de materiales didácticos en línea, por parte de dos entidades hermanas de la UNAM, la Dirección General de Tecnologías de la Información y Cómputo (DGTIC) y la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED). La invitación a participar se extendió a toda la planta docente y puede renovarse y ampliarse para actividades futuras.

Es así como tenemos un razonable optimismo con respecto al porvenir de nuestra entidad.
Alberto Vital es director del Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE), UNAM
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