Extensión   
30 de junio de 2022

Etimología

Por: César Cañedo
La palabra etcétera podría tener 2548 años entre nosotros. 2548 años haciendo el cálculo de cuando funcionaba separada por columnas dóricas, et cetera, y tomando en cuenta su prolongado éxito al unirse, un éxito castellano que fue decayendo hasta ser, como todos los éxitos, abreviatura, cuarto de cachivaches, cielo en ruinas, etc. Etcétera es una palabra con ríos fluyendo. Arrastra vacas, ovejas, sembradíos y nacionalidades; pueblos y burócratas; listas y otras separaciones indelebles. Etcétera lleva también consigo una considerable cantidad de personas formadas, respetando el orden. No hay tesis doctorales que terminen con la palabra etcétera o que la usen para titular algún apartado, digamos, el estado del arte. Pero tal vez debería haber más de una. La palabra ayuda a repatriar bostezos. Es una manera generosa de decirle a la mente que respire. Es un parque de recreo infinitesimal dentro de la oración, en ese juego de conspiraciones de la sintaxis. Por lo anterior, no se aparece mucho en los poemas, que desconfían de los parques de recreo mentales. Hay reservas con lo que gana en callar. Encallar: lo que hacen las palabras con los significados. Lo que pueden hacer las despedidas. Lo que hago con las oraciones largas y un teclado. Etcétera.

 
César Cañedo (1988). Poeta sinaloense. Doctor en Letras por la UNAM. Profesor de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) de la UNAM. Galardonado con el Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes Vidal en 2017 y el Premio Bellas de Poesía Aguascalientes en 2019.
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