Extensión   
31 de octubre de 2022

Geoparques Mundiales de la UNESCO en México. Estrategias de conservación integral

Por: José Luis Palacio Prieto
De acuerdo con la UNESCO, un geoparque es un territorio con límites bien definidos que tiene una superficie lo suficientemente grande para permitir el desarrollo económico local. Comprende un número de sitios representativos no solo del patrimonio geológico y paleontológico, sino aquellos de interés arqueológico, ecológico, histórico y cultural.

Se trata de una iniciativa enfocada en la conservación de la naturaleza y en particular en la puesta en valor de la geodiversidad, es decir, de la diversidad de los componentes no vivos de los ecosistemas, que incluyen rocas, fósiles, minerales y suelos. La geodiversidad complementa a la biodiversidad y, de manera conjunta, conforman la diversidad natural. En los geoparques los aspectos sociales también deben ser tomados en cuenta, de tal modo que la naturaleza y la sociedad sean abordados de manera sinérgica. Biodiversidad, geodiversidad y diversidad cultural son tres elementos clave para entenderlos.

En estos territorios la educación, la geoconservación y el geoturismo son hilos conductores para el fomento al desarrollo local en beneficio de sus habitantes. Sin la participación local no es posible el desarrollo de un geoparque. 

Geoparques en el mundo y en México 
Hasta septiembre de 2022, la UNESCO ha designado ciento setenta y siete geoparques en cuarenta y cinco países. La mayor parte de ellos se ubica en Europa, en el sureste asiático y en China. En América Latina, si bien existen diversos proyectos en curso, solamente se han establecido diez. En 2017 fueron designados en México los Geoparques Mundiales UNESCO de la Mixteca Alta y de la Comarca Minera en los estados de Oaxaca e Hidalgo, respectivamente. 

El de la Mixteca Alta es un territorio compuesto por nueve municipios, algunos con alto índice de marginación y emigración. Se caracteriza por un paisaje en que la geología está expuesta debido a la profunda erosión de los suelos derivada de su uso intensivo desde hace miles de años. Este paisaje combina relatos en los cuales la participación de la sociedad y su interacción con la biodiversidad y con la geodiversidad constituyen la historia central que se transmite a los visitantes.

El de la Comarca Minera comprende un territorio de unos mil ochocientos kilómetros cuadrados; el turismo es tradicionalmente la principal actividad y fuente de ingresos de la población. Este territorio basa su importancia en la minería ya que, durante el siglo xviii, destacó como primer productor de plata en el mundo.

Recientemente, ambos geoparques recibieron la Tarjeta Verde por parte de la UNESCO para mantener su registro por cuatro años más.

Existen en México otros proyectos en desarrollo en Aguascalientes, Chiapas, Coahuila, Querétaro y otros estados. Sin duda, se trata de alternativas viables que encuentran su fundamento en el extraordinario patrimonio natural y cultural de nuestro país.

Geoparques: un poco de historia
Los primeros cuatro geoparques conformaron en 2000 la Red Europea de Geoparques y tres años después se reunían en París los representantes de veinticinco territorios (diecisiete en Europa y ocho en China) para establecer la Red Mundial de Geoparques.

En 2015, durante la XXXVIII Conferencia General de la UNESCO se decidió formalizar la red mediante su establecimiento jurídico y la construcción de un sitio web: https://en.unesco.org/global-geoparks/. Pronto se comenzaron a diseñar las páginas en internet de cada uno en esta red que ya cuenta con más de ciento sesenta nodos en más de cuarenta y cinco países.

La UNESCO apoya las iniciativas de los Estados miembros para el establecimiento de geoparques en colaboración con la red, brindando incluso capacitación acerca de cómo proponer una iniciativa. Los geoparques no representan regiones que hayan sido designadas como áreas o reservas protegidas; pueden o no coincidir con ellas, pero sus fines son similares. Lo que cambia es la perspectiva holística de conservación, que en ellos integran lo humano y lo cultural, con la geodiversidad y la biodiversidad en un sentido que rescata las características de resiliencia de los ecosistemas, los paisajes y las culturas.

El Secretariado de Geoparques Mundiales de la UNESCO evalúa las propuestas que se reciben para el establecimiento de cada uno; en tal proceso se sigue una lógica democrática e inclusiva que comienza en las organizaciones de base y que incluye a las poblaciones que habitan y se desarrollan en lo que se convertirá en un nuevo sitio, y se parte de un diálogo con el sector académico que realiza investigación en el lugar.

Lo primero que hay que hacer es consultar los estatutos y las directrices operativas (disponibles en https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000234539_spa) para saber qué debe incluir una propuesta antes de ser enviada para su evaluación, empezando por “contener geología de importancia internacional”. La evaluación es realizada por “científicos profesionales de la correspondiente disciplina de las ciencias de la Tierra”, quienes revisan indicadores derivados de los siguientes criterios:
 

  • Es un área singular unificada (claramente delimitada) con sitios y paisajes de valor geológico global y con un manejo holístico centrado en protección, educación, investigación y desarrollo sostenible.
  • Utiliza su legado geológico en conexión con el natural y el cultural, para concientizar sobre aspectos clave en un mundo cambiante; procesos geológicos, uso sostenible de recursos y empoderamiento de pueblos originarios.
  • Debe existir un equipo gestor reconocido oficialmente por la legislación nacional, capaz de brindarle plena atención.
  • Si el territorio se traslapa con otros territorios reconocidos por la UNESCO como los de patrimonio mundial o las reservas de la biosfera, la solicitud debe estar ampliamente justificada y debe incluir sinergias con los sitios coincidentes.
  • Debe involucrar activamente como protagonistas de las acciones y programas de cogestión a las comunidades locales y a los pueblos originarios para formar parte, compartir conocimientos y colaborar con la Red Mundial de Geoparques.
  • Debe cumplir con la legislación local respecto de la conservación del legado geológico.


Una vez establecido, el geoparque promoverá sus geositios (lugares emblemáticos en términos de geodiversidad, biodiversidad y diversidad cultural) y georrutas alrededor de los cuales se organizarán actividades de promoción, protección, investigación y desarrollo.

Elaborado con información de UNESCO, Red Mundial de Geoparques y los instrumentos jurídicos del proyecto, 
disponibles en el sitio de UNESCO en internet: https://en.unesco.org/global-geoparks/.


José Luis Palacio Prieto es licenciado, maestro y doctor en Geografía por la UNAM. Realizó estudios de especialización en manejo integral de cuencas, sistemas de información geográfica y percepción remota en el Instituto Internacional para la Investigación Aeroespacial y en Ciencias de la Tierrade los Países Bajos. Ha sido director del Instituto de Geografía (IGg), coordinador general de Estudios de Posgrado y director del Centro de Enseñanza para Extranjeros. Es miembro del SNI. Sus áreas de interés son la geomorfología y la evaluación del cambio de uso del suelo utilizando imágenes de satélite. En los últimos años su trabajo se ha enfocado a la valoración del patrimonio geológico y los geoparques. Fue el primer director de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM en el periodo 2018-2022.
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