Encuadre   
29 de septiembre de 2023

¿Redes, asociaciones o consorcios? La cooperación académica como estrategia de internacionalización

Por: Adriana Oviedo Pacheco y Acacia Ligia Maldonado Valera
Las instituciones de educación superior (IES), como referentes del desarrollo del conocimiento y del aprendizaje en el mundo, tienen como fin promover la educación a través de la docencia, la investigación y la difusión de la cultura, compromisos que, en su mayoría, comparten y que las sitúa en una realidad de constante cambio y adaptación. Sin embargo, esto implica que deben buscar alianzas internacionales para estar al día y cumplir sus objetivos institucionales de manera más efectiva y, a la vez, innovadora.

La cooperación se traduce así en la importancia de incrementar la calidad académica de los programas de estudio, enriquecer la formación de docentes, adaptar el perfil del estudiante a las nuevas necesidades nacionales e internacionales y sensibilizar al personal respecto de la importancia de impulsar la educación a través del mejoramiento continuo de todos los procesos institucionales.

Existen varias estrategias de vinculación entre IES que permiten impulsar experiencias para el desarrollo académico, pero ¿cuál sería la más efectiva: asociación, red o consorcio?

En las definiciones de estos conceptos existen características que marcan similitudes, aunque también diferencias entre ellos, sobre todo en el contexto de la cooperación académica. A continuación reflexionamos en torno de estos conceptos para contrastarlos en el contexto de este tipo de alianzas. En términos generales:

  • Una red puede ser considerada como un conjunto de instituciones o personas organizadas para cumplir o conseguir un determinado fin o bien intercambiar información.
  • Una asociación puede entenderse como un tipo de organización conformada por individuos o instituciones congregadas para el cumplimiento de un objetivo en común, con la finalidad de homologar algo que resulte aplicable a la mayoría.
  • Y un consorcio es aquel que implica que se agrupen varias entidades con el fin de llevar a cabo una iniciativa específica, como un proyecto de investigación, el impulso o desarrollo de un emprendimiento o la ejecución de un programa. En algunos casos, la creación de un consorcio permite el acceso a recursos financieros para desarrollar la actividad.

LAS RAC JUEGAN UN PAPEL IMPORTANTE EN EL PROCESO DE INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS IES

Dado que las definiciones anteriores comparten aspectos, todas ellas pueden ser aplicables a los distintos tipos de agrupaciones. Por esta razón, en el presente artículo se propone conceptualizar a las redes, asociaciones y consorcios (RAC) como organizaciones conformadas por distintas IES o personas con intereses y objetivos similares, cuyo funcionamiento se basa en un conjunto de reglas que les permiten desempeñar una función determinada, uniendo esfuerzos para cumplir un objetivo común en beneficio de su comunidad.

Las RAC juegan un papel importante en el proceso de internacionalización de las IES, puesto que invariablemente implican la interacción entre diversas instituciones de diferentes países.

VENTAJAS DE LAS RAC COMO MEDIOS DE VINCULACIÓN
Se pueden identificar dos escenarios en los que las RAC aportan un beneficio a las instituciones de educación superior:

  1. El escenario institucional, en el que se desarrollan actividades que impactan de manera general a la comunidad universitaria. Por ejemplo, cuando las instituciones promueven la implementación de programas, convocatorias o foros dirigidos a toda la comunidad universitaria.
  2. El escenario individual en el que aquel profesor, investigador o alumno que se involucre activamente en la participación con alguna RAC, pueda obtener beneficios que incidan directamente en su desarrollo profesional y académico.

Desde la perspectiva del escenario institucional, la participación en RAC representa un mecanismo de colaboración que va más allá del establecimiento de una relación institucional bilateral; es decir, permite ampliar los vínculos sin la necesidad de suscribir convenios con cada una de las instituciones que las integran.

Las temáticas y actividades que se promueven desde las RAC permiten identificar nuevas e innovadoras formas de colaboración, pues son espacios de discusión de los que pueden derivar iniciativas que marcan tendencia a nivel global, así como integrarse en las políticas institucionales.


Ser parte de una RAC permite también el acceso a recursos como pueden ser plazas de movilidad en las IES participantes, becas para estudiantes y personal académico y administrativo, o bien financiamiento para impulsar proyectos de investigación, programas de capacitación o creación de foros de discusión en beneficio de una comunidad.

Asimismo, mantenerse activo en una RAC puede derivar en una oportunidad para establecer un liderazgo, ya sea a nivel regional o en algún campo del conocimiento.

Además, las RAC pueden dar acceso a fuentes de información que ellas mismas establecen o difunden.

Las mencionadas son sólo algunas de las oportunidades que ofrece pertenecer a una RAC, por lo que es recomendable explorar otros beneficios que su existencia promueva.

¿Es estratégico participar en todas las RAC?

Si bien existen muchas ventajas (las descritas y otras) al participar en las RAC, es necesario tomar en cuenta algunas consideraciones para desarrollar una colaboración estratégica y obtener los mejores beneficios. Se recomienda, por ejemplo, que antes de afiliarse o involucrarse con una RAC, se realice un análisis de viabilidad tomando en cuenta algunosmaspectos, como los enlistados a continuación:

  • Alinear los criterios de selección de RAC a las políticas y estrategias impulsadas por cada institución, mismas que pueden ser de tipo regional, cultural o académico.
  • Elaborar un plan de acción definido para cada RAC en función de los objetivos deseados y de las actividades que se pretenda desarrollar.
  • Priorizar la participación en aquellas RAC que ofrezcan oportunidades en beneficio de la comunidad de la IES, como becas, financiamiento, capacitación, acceso a fuentes de información, plazas de movilidad, acceso a nuevas tecnologías u otras.
  • Valorar la relación costo-beneficio de la participación a corto, mediano y largo plazos.
  • Promover la participación en aquellas RAC que permitan diversificar la colaboración y establecer presencia y liderazgo en regiones o países de interés.
  • Priorizar las alianzas con RAC que sean consideradas de vanguardia en el área del conocimiento específico de interés, con la finalidad de acceder a información relevante y a la experiencia de buenas prácticas.
  • Mantener a nuestra IES activa como integrante de las RAC, así como establecer mecanismos de evaluación que permitan medir los resultados para definir nuevas iniciativas, o en su caso, reorientar la participación.

En suma, la participación en RAC es central en el desempeño actual de las IES pues ninguna —como el conocimiento mismo— se desarrolla en aislamiento y lo conveniente es articular la colaboración para hacerla más efectiva y benéfica en nuestras comunidades académicas. En el caso de la UNAM, por sus características de macrouniversidad, por su respeto a la autonomía, su misión, sus actividades sustantivas y por su dispersión en el espacio, la participación en RAC tiene dimensiones casi inabarcables, como muestra la infografía de las páginas XXXXX, en la que se muestra una aproximación no exhaustiva a las numerosas RAC en las que nuestra casa de estudios participa.
Adriana Oviedo Pacheco es coordinadora de Cooperación Académica para América, Asia, África y Oceanía en la Dirección General de Cooperación e Internacionalización (DGECI) de la UNAM.

Acacia Ligia Maldonado Valera es coordinadora de Cooperación Académica para Europa en la DGECI de la UNAM.
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