31 de julio de 2024

1- Presentación

Por: Tamara Martínez
Se dice que el XXI es el siglo de las migraciones, pero esto puede ser engañoso. La movilidad es un fenómeno que nos ha acompañado a lo largo de la historia: desde que las primeras comunidades humanas que podemos caracterizar como modernas desde el punto de vista evolutivo en el África oriental iniciaron su periplo planetario, hace cerca de trescientos mil años, no hemos dejado de movernos.

¿Por qué, entonces, es la movilidad motivo tan grande de conflictos? ¿Cuándo y cómo fue que ciertos sectores de la humanidad decidieron poner límites a ese movernos que nos caracteriza? La migración adquiere nuevo sentido en una conformación geopolítica definida por las fronteras entre las naciones que limita el movimiento de las poblaciones que tradicionalmente se desplazaban entre distintas zonas geográficas. Así, el desplazarse entre países se convierte en tema de poder y de recursos, evidenciando aún más las desigualdades de diversa índole: socioeconómicas, políticas, étnicas y culturales entre los países.

Oleadas cada vez mayores de colectivos humanos huyen de la pobreza y de la hambruna, del racismo, de sistemas económicos fundados en el capital, de autocracias que violan sistemáticamente los derechos humanos, del calentamiento global y el aumento del nivel medio del mar, de la violencia desatada por otros grupos humanos.

Lo preocupante de este fenómeno humano es que se manifiesta arrollador aun ante fronteras, políticas migratorias y chauvinismos territoriales de todo tipo que tratan, sin éxito, de contenerla.

Entender el fenómeno de la migración nos permite visibilizar las formas de distribución en el mundo, las desigualdades y las problemáticas y, a la vez, construir la toma de decisiones y desarrollar formas de implementarlas. Pero, también permite reconocer a las migraciones no sólo desde las problemáticas, si no como una posibilidad de desarrollo, de naturaleza humana, de crecimiento y de oportunidades, como son aquellas que tienen que ver con el flujo de los conocimientos; por ejemplo, desde la universidad.

Especialmente desde las áreas relacionadas con la internacionalización buscamos mirar la movilidad como un factor positivo y cada vez más relevante para nuestras actividades y para nuestro futuro. Reconocer la necesidad de ampliar nuestros conocimientos sobre la construcción de la imagen de un mundo intensamente interconectado. Visto en su mayor envergadura, el viaje de estudios, la estancia doctoral, el intercambio académico y el estudiantil, configuran un significativo flujo de personas y de intercambio de conocimientos que van y vienen desde y hacia todos los puntos del planeta.

Las fronteras terrestres, que sólo las personas humanas somos capaces de ver, son creaciones artificiales, donde la tierra se extiende y el agua fluye, ambas ininterrumpidas.

El número 7 de UNAM Internacional incluye artículos que abordan cada una de estas problemáticas y otras relacionadas con la migración desde puntos de vista interdisciplinarios e internacionalistas.
Tamara Martínez
Secretaria de Desarrollo Institucional
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