Experiencias   
15 de noviembre de 2024

Proverbios y cabañuelas. Una agenda de investigación que se impulsa desde la UNAM

Por: Gabriel Bourdin Rivero
La investigación en humanidades que realizamos en la UNAM posee gran prestigio y difusión a nivel regional, en el continente americano y en lengua española. Por razones naturales, la difusión de nuestras obras se concentra en los países de la región. Se trata de la difusión de conocimientos dirigida a un ámbito variado en lo cultural, pero uniforme en lo lingüístico que incluye, naturalmente, a España e Iberoamérica, además de los estados del sur de los Estados Unidos de América. A excepción de España, la obra humanística realizada en la UNAM recibe un reconocimiento considerablemente menor en el continente europeo esencialmente debido al papel secundario que asume la lengua de Cervantes en los países de la Unión Europea.

En las páginas que siguen resumo parte de la experiencia de un periodo sabático que disfruté en 2022, como investigador. Gracias a este invaluable beneficio que ofrece nuestra universidad a sus investigadores, pude ampliar mi vinculación académica con instituciones dedicadas a los estudios humanísticos y sociales de dos países europeos (España y Francia) y dos de América del Sur (Argentina y Brasil).

Ha sido una experiencia enriquecedora en el plano profesional y bastante impactante en lo personal. El dramático periodo de la pandemia generó en la mayoría de nosotros afectaciones de orden diverso. Junto al dolor por la enfermedad o la pérdida de seres queridos, muchas de las certidumbres y rutinas que acompañaban nuestra vida cotidiana se vieron bruscamente alteradas. Como investigadores en humanidades, somos plenamente conscientes de nuestra íntima fusión con el tejido social del que somos parte. Esta vez, el rostro de la adversidad se extendió a escala de la comunidad mundial.

“La pandemia cambió el mundo de manera irreversible”, decimos y no es verdad de Perogrullo. Creo que esta frase, millones de veces reproducida en casi todas las lenguas, podría incluirse en el campo de los hechos que estudia la antropología lingüística, del mismo modo en que la fraseología incluye el objeto que durante ese año sabático inspiró mi actividad: el lenguaje de los proverbios. A lo que habría que agregar, de modo figurado: “en el momento en que las cenizas contaminantes de la pandemia comenzaban a enfriarse”.

Los proverbios son formas condensadas del saber tradicional de los pueblos. Son frases o encadenamientos de frases que todos conocemos e interpretamos. El hablante nativo de una lengua habla en fórmulas, utiliza frasemas. El frasema, que es una frase convencional tradicional, nos sirve para comprender sintéticamente, mediante un único gesto verbal, una situación puntual o una configuración estable de relaciones y roles actanciales que en él se ponen en juego.

En la vida política de muy diversas sociedades se ha empleado, desde tiempos antiguos, algún tipo de argumentación o duelo de proverbios ancestrales para inclinar la balanza del público en favor de uno de los contendientes en pugna. Así se decidían, en estos pueblos, cuestiones fundamentales del poder o del Estado.

Mucho antes de la invención de la escritura, durante el periodo que llamamos prehistoria, la oralidad fue el género principal. Oralmente se engendraron, se expresaron y se memorizaron los conocimientos, los sentimientos y los modelos normativos de nuestros ancestros iletrados. En todas y cada una de las cosmovisiones e identidades populares, locales, nacionales, civilizatorias o étnicas, la palabra fue el medio y el mensaje. En el presente, la propuesta de una utópica civilización global no debería opacar ni hacer olvidar los saberes locales de la oralidad, amasados con la sustancia aglutinante de la experiencia situada, vivida, que es el asiento atemporal de nuestras formas de comprender el mundo y de actuar en él.

En 2022 el mundo había sido recientemente transfigurado por la pandemia. En el transcurso de ese año descubrí que mi calendario de actividades estaba calculado con base en presupuestos financieros, sanitarios e institucionales que habían perdido vigencia no bien se declaró la emergencia pandémica global. Al viajar a Europa y Sudamérica me encontré con nuevas realidades y limitaciones en diversos aspectos: restricciones migratorias, sanitarias, problemas de salud, cambios en los procedimientos y calendarios universitarios de las universidades que acogieron mi proyecto, entre otras. Los aumentos en los costos de mi viaje me dejaron estupefacto y financieramente debilitado.

No obstante, procuré conducir el programa que me había trazado, de modo consecuente. Me apegué al plan de investigación propuesto en enero de 2022. Al concluir el periodo sabático, pude confirmar, por comparación, que la antropología que practicamos en la UNAM es de alta calidad y especialización. Describo, en lo que sigue, una parte de las actividades realizadas, la correspondiente a España.

MUNDO LOCAL Y MUNDO GLOBAL
En febrero de 2022 viajé a España y me establecí en una localidad de la provincia de Sevilla. De inmediato tomé contacto con colegas de los departamentos de Lingüística y de Antropología Social de la Universidad de Granada.

Inicialmente, mi interés estuvo puesto en los proverbios tradicionales empleados en El Arahal, una localidad de treinta mil habitantes situada al sureste de Sevilla, cuya principal actividad económica es la producción de aceitunas de mesa. Unos vecinos muy amigables de la calle más antigua de la ciudad accedieron a que los entrevistara. Después de una reunión muy concurrida con las mujeres de la familia ampliada, concluí que si quería enfocarme en los proverbios de la región debía adoptar alguna técnica etnográfica de recolección, ya que el tipo de información es muy específico. Resultaba imposible obtener un registro sonoro inteligible de la intrincada polifonía reinante en aquellas reuniones a las que era invitado este antropólogo recién llegado de México. Las escenas del habla andaluza son, si se me permite la licencia, resplandecientes y chispeantes. La plática en torno de unos platos de chacinas, acompañados del buen pan y la bebida de estación, enciende una fogata primordial, la misma que desde tiempos inmemoriales crea el contexto nocturno de la narración y demás géneros de la oralidad.

Realicé varias de estas visitas a mis vecinos. Me presentaron a la hospitalaria y benevolente matriarca familiar. Conocí de inmediato a los miembros masculinos de la familia. Escuché el testimonio del padre, un panadero retirado, de familia dedicada por generaciones a esta noble ocupación, acerca del grave deterioro económico que padecen los oficios tradicionales y la producción a pequeña escala. En estas entrevistas conocí una visión de la historia de un pueblo de Andalucía en el siglo XX, contada en primera persona. La formación del pueblo, ahora ciudad; sus calles de barro, sus casas de piedra y cal, la desmesurada distancia social prevaleciente entre terratenientes y gentes del común, la trágica pobreza, la falta de servicios de salud, inaccesibles a los pobres, la saga de algunos personajes locales conocidos por su enorme mezquindad, malos hábitos y manías, la tardía llegada del teléfono y del agua corriente. También me dieron su evaluación actual de la Guerra Civil española y de sus consecuencias; sus recuerdos dolorosos, la criticable actitud extremista, vengativa, de vencedores y vencidos, las profanaciones de algunos republicanos a los símbolos sagrados y la implacable dureza y corrupción de la dictadura franquista. Hablamos también de la pandemia de COVID-19 y de la guerra desencadenada en Ucrania. Otro tema de vivo interés para mis interlocutores fue la huelga nacional del transporte de carga, motivada por el drástico aumento en el precio de los combustibles, registrada a inicios del conflicto en Europa oriental. Comprendí que, independientemente del continente o de la región en que nos situemos, la visión localista de los hechos del mundo, eso que puede llamarse el punto de vista local del ciudadano “común”, es muy distinta de la perspectiva de los analistas informados y especializados en el contexto macroeconómico o geopolítico. Mil filtros socioculturales y transformaciones conceptuales deben ponerse en funcionamiento para intentar traducir uno de estos discursos al otro, para hacer conmensurables y mutuamente inteligibles puntos de vista tan distantes.

Pude, asimismo, registrar una somera descripción del ciclo anual de fiestas en Arahal. Su centro es el complejo ritual de la Semana Santa. Existen seis cofradías religiosas en el lugar, algunas de las cuales fueron fundadas en los siglos XVI y XVII, otras son de creación más reciente y tienen el objetivo de dar cumplimiento al calendario festivo. Procesiones, misas, bandas musicales, imágenes sagradas, reliquias y la conservación de los objetos de culto, notoriamente de los pazos (plataformas sobre las que se transportaban las imágenes religiosas durante las procesiones), constituyen la actividad de estas cofradías. Tuve la fortuna de dialogar en diversas ocasiones con el Hermano Mayor de una de estas cofradías de nazarenos, la Hermandad de la Santísima y Vera Cruz, y asistí a sus celebraciones y ceremonias de Semana Santa. También tomé contacto con integrantes de la Cofradía de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Esperanza. Su mundo es otro que el de la Europa unificada, su tiempo es cíclico, muy distinto del calendario de las crisis globales y los conflictos armados.

Pude sumergirme en ese contexto de acendrada religiosidad popular. Me dispuse a realizar un ejercicio de observación participante, registrando buena parte de las vigilias y procesiones de las hermandades, las imágenes y los pazos en video. La vistosa indumentaria, las marchas nocturnas con grandes cirios, las bandas musicales de estilo marcial y tono funerario y el fervor de todos o casi todos los habitantes del lugar al participar en estos eventos, me ayudaron a afinar algunas nociones teóricas acerca de la antropología del ritual, un campo de estudios que siempre me ha interesado: el sentido de los rituales religiosos como dispositivos inductores de profundas emociones colectivas que afianzan el sentimiento de unidad comunitaria.

Además del calendario religioso, en Arahal existe un ciclo anual referido al cultivo de la aceituna. El Arahal es “la cuna de la aceituna de mesa” en el sur de Andalucía. Esta actividad económica, fundamental para la región, posee, naturalmente, su propio ciclo anual. Todos los años, durante los cuatro primeros días de septiembre, se realiza la Fiesta del Verdeo, una feria en celebración de la recolección de la aceituna, en la que se destaca la solemne coronación de la Reina del Verdeo y el tradicional pregón de la fiesta en la explanada de la iglesia del Santo Cristo. Existe una fuerte imbricación entre el calendario religioso y el ciclo productivo de la aceituna. Entre ambos ciclos se construye el tiempo local.

ELEMENTOS DE ANTROPOLOGÍA DEL LENGUAJE PROVERBIAL
Ya instalado en la provincia de Sevilla, continué con la revisión bibliográfica iniciada en México acerca de proverbios, adagios y refranes, tomando en cuenta el punto de vista teórico y la rica literatura científica española sobre este tema. El habla proverbial en español es un campo de estudios inconmensurable. La lengua española es, posiblemente, una de las más productivas en lo que se refiere a expresiones proverbiales.

Además del aspecto etnográfico de la recolección en campo de un mínimo corpus de expresiones “vivientes” de tipo proverbial, quería ensayar, en el análisis de este conjunto, el método de la antropología joussiana del gesto y el estilo oral (Jousse, 2008).

Después de una primera serie de entrevistas, intuí que debía reconducir el curso de mi pesquisa. Si bien la disposición de mis interlocutores era abierta, distendida y hospitalaria, los contenidos de las entrevistas me parecieron, en aquel momento, menos relevantes de lo que esperaba. Por ello reduje el alcance de mi estudio sobre proverbios al ámbito específico de las expresiones referidas al calendario anual y a los cambios climáticos asociados con el mismo. Sin haberlo previsto, mi objeto de estudio pudo especificarse.

Cuando comprendí que un relevamiento de los proverbios en El Arahal me llevaría un tiempo del que no disponía, busqué un objetivo más acotado. Encontré azarosamente un artículo que relacionaba el conocimiento tradicional de los cambios meteorológicos con un conjunto de refranes acerca del calendario y del “tiempo” en distintos meses y días del año. Este saber tradicional, conocido como “cabañuelas”, atrajo mi atención, especialmente porque entre los habitantes de Yucatán, México, existe una práctica análoga a las cabañuelas de España.

Hay cabañuelistas en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y otras regiones. Existen también prácticas tradicionales de esta “lectura” predictiva de los cambios y procesos meteorológicos, con nombres distintos, como “calendas” y “témporas”, en el este y el norte de España.

En Granada, gracias a la generosa intermediación de un periodista cultural de la ciudad, tomé contacto con un destacado especialista en cabañuelas, experto en esta antigua práctica de previsión de los cambios atmosféricos. Este cabañuelista ha contribuido a la recolección de un nutrido repertorio de proverbios y refranes relacionados con la mencionada práctica tradicional. Realizamos varias sesiones de entrevista en profundidad sobre el tema e iniciamos una relación de cordial amistad. Además de concederme las entrevistas, Antonio Baquero me obsequió algunos ejemplares de su libro y un buen número de publicaciones y resúmenes escritos de las ponencias y conferencias impartidas por diversos cabañuelistas durante los congresos de la Asociación Cultural Española de Cabañuelas y Astrometeorología (ACECA). Hasta el presente, el señor Baquero sigue proporcionándome generosamente, información acerca de sus observaciones y predicciones meteorológicas.

Durante mi estancia redacté un escrito en el que analicé un conjunto de proverbios españoles y franceses que tienen por tema la previsión de los fenómenos climatológicos a lo largo del ciclo anual. El texto está referido principalmente a la práctica tradicional de las cabañuelas en el sur de España. La práctica tiene antecedentes en toda Europa y, de modo más general, puede afirmarse que forma parte del bagaje de conocimiento del clima propio de los pueblos agrícolas, pastores y cazadores-recolectores del mundo entero.

Hay cabañuelistas —predictores de fenómenos meteorológicos— en México y otros países de América Latina. El nombre de cabañuelas hace referencia a la predicción del estado del tiempo durante todo un ciclo anual, basándose en los doce primeros días de enero. En Europa las cabañuelas se registran en el mes de agosto. Las nociones llegadas de España se integraron a los saberes astronómicos y meteorológicos de los pueblos originarios de América y hoy en día encontramos que en la península de Yucatán existen activas redes de estudiosos del clima y sus transformaciones bajo el nombre genérico de Xok K’íin, “cuenta del tiempo”.

Las cabañuelas son un género de conocimiento étnico tradicional sobre los procesos meteorológicos. También podríamos considerarlas como una ciencia campesina. Si bien es cierto que los cabañuelistas modernos se sirven de un registro escrito de sus observaciones y predicciones, el método en sí mismo no pasa por lo escrito y tiene contadas expresiones de tipo académico, como el libro de Antonio Baquero, Cabañuelas y astrometeorología. Historia, método y refranero (2009). Puede decirse que las cabañuelas son parte de una tradición de estilo oral. A diferencia del meteorólogo científico, el cabañuelista no utiliza un conocimiento aprendido mediante la lectura de libros, sino un saber adquirido por observación directa del paisaje y por la comunicación personal con otros especialistas.

Por invitación del doctor José Antonio González-Alcantud, investigador del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Granada, impartí la conferencia inaugural del encuentro “Arte y antropología. Pulsión investigadora y estado del arte”, celebrado el 21 de abril de 2022 en la Fundación Euroárabe de Altos Estudios & Universidad de Granada. El evento fue parte de la reunión anual del seminario internacional de doctorado en antropología social que coordina mi estimable anfitrión, y contó con la presencia de investigadores de varios países latinoamericanos y europeos como Brasil, Colombia, México, España, Italia y Francia. La conferencia estuvo dedicada a la antropología joussiana del gesto y los estilos expresivos, en su relación con las tradiciones artísticas y literarias de Oriente y Occidente (Bourdin, 2023). El significado figurativo de palabras y construcciones idiomáticas compete de lleno a la antropología del gesto. Nuestras existencias se componen de secuencias y programas de gestos y movimientos adquiridos en tanto seres culturales. El proverbio cristaliza el gesto de la comunidad que lo ejecuta y lo comprende.

Finalizado el evento pude dialogar con algunos de los participantes. Dos líneas de investigación se destacan especialmente: la antropología e historia del flamenco y los estudios etnográficos sobre las culturas arabizadas del Sahara, Marruecos y Argelia.
Gabriel Bourdin es investigador en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Referencias
Baquero, Antonio. (2009). Cabañuelas y astrometeorología. Historia, método y refranero. Granada: Caja Rural de Granada.

Bourdin, Gabriel. (2023). “Del estilo proverbial a la proposición gestual. Elementos de antropología joussiana”. Imago Crítica. Revista de antropología y comunicación, 9.

Jousse, Marcel. (2008). L’Anthropologie du Geste. París: Gallimard.
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